En carreteras no hay control de autoridades

Bonao. Al parecer dos de las principales carreteras del país y en las que en los últimos días han ocurrido grandes accidentes, están desprovistas de vigilancia y control por parte de las autoridades, lo que da fuerza a los conductores a desplazarse a grandes velocidades y hacer zigzag o “cortes de patelitos” como se les llaman popularmente, sin tener en cuenta lo fatal que puede ser para todos. La autopista Duarte y la carretera que conduce a Samaná carecen, la primera de una vigilancia constante que obligue a los conductores a bajar la velocidad y así evitar accidentes lamentables y la segunda la tiene, pero muy tímida. Cuando usted se desplaza por la autopista Duarte de Santo Domingo al cibao, solo se encuentra con dos agentes parados al lado de un motor frente al destacamento que desde la era de Rafael Leonidas Trujillo, funciona en el sector conocido como La Cumbre y que ahora está asignado a la Autoridad Metropolitana del Transporte (AMET). Antes de aquí, los conductores desaprensivos e irresponsables corren como si se tratara de una cerrera de Fórmula Uno, sin obstáculo, sin un policía que los detenga, sin un radar que controle su velocidad. Uno de los accidentes más recientes ocurrió en el kilómetro 59 de la autopista Duarte, donde una patana provocó un choque en el que se vieron envueltos más de diez vehículos, cuyo saldo fue varios heridos, algunos de ellos de gravedad. La autopista que lleva a Samaná se ha tornado la más peligrosa. Los últimos accidentes ocurridos allí han dejado más de diez personas muertas y según los reportes, son provocados por la imprudencia de los conductores y la falta de controles que debieron imponer las autoridades en su momento. José Luis Rosario, conductor privado que casi a diario recorre la autopista Santo

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